miércoles, 9 de abril de 2008

ESTADO DE EXCEPCIÓN, EXCEPCIÓN DE ESTADO




Un momento oscuro atraviesa México hoy día, el Estado Mexicano ha sido asaltado por un gobierno ilegítimo que se empecina en sostener un proyecto económico que tanto daño ha hecho en este país y en otras latitudes.La miseria se acrecienta en los muchos, y cada vez son menos los que cuentan entre sus manos la riqueza de la nación, y el pueblo se organiza y sale a las calles para defender sus derechos.En México las policías y el ejército desde hace décadas han sido instrumentos del Estado para reprimir toda oposición o resistencia a sus más mezquinos proyectos. Y así, quizás sea el año de 1968 el parte aguas de una etapa de lucha y dolor del pueblo Mexicano, y el inicio del terrorismo como una práctica institucionalizada: las desapariciones forzadas, asesinatos y torturas perpetuadas por personajes siniestros como Luis Echeverría y sus "Nazar Haros", y sus "Salomones Tanuses"...Cada sexenio tiene sus historias, podríamos mencionar algunos casos cercanos como las matanzas en El Charco, Aguas Blancas y Acteal, y podríamos visitar cada rincón del país y encontrar por lo menos una historia vigente de impunidad y abuso policial y militar, como las violaciones de mujeres en la sierra de Zongolica en Veracruz y Castaños Coahuila, o los dignos y golpeados estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Guerrero, y en ese mismo estado la ilegal hidroeléctrica de La Parota; o los intransigentes defensores de su agua, su suelo y su ecología en Zimapán Hidalgo y en San Luis Potosí contra la altamente tóxica y trasnacional Minera San Xavier, o el Movimiento de los Pueblos Cholultecas en Puebla que incansables defienden su territorio de la más voraz especulación inmobiliaria solapada por un gobernador pederasta.Y si viajamos al norte encontramos también a lo trabajadores de las maquiladoras en Cd. Juárez Chihuahua y toda la franja norte del país, y qué decir del creciente e impune asesinato de mujeres en esa misma ciudad; o los mineros de Cananea en Sonora y Sicartsa Michoacán donde por cierto se cuentan dos muertos, tan muertos como los enterrados por la negligencia en Pasta de Conchos Coahuila. El pueblo mexicano sabe resistir y luchar como nos lo ha enseñado la heroica APPO en Oaxaca, pero también los Ferrocarrileros en Monterrey que pelean una pensión desde hace más de 20 años, o ixtleros del semidesierto de CoahuilaHoy en día en México un gobierno de muy dudosa legitimidad y muy oscura procedencia ha sacado el ejército a las calles y generado las más altas cifras de PÉRDIDAS HUMANAS de la historia reciente de nuestro país, jactándose además con su ya particular cinismo de que su delincuente "lucha contra la delincuencia" costará aún algunas vidas. Creemos que otro tipo de lucha contra el narcotráfico es posible.La militarización ha sido el principio del terror de las más sangrientas dictaduras en América Latina: *"así sucedió en mi país"*, expuso una sobreviviente de la represión guatemalteca y continuó "en mi país hay oro y níkel, ustedes tienen petróleo".Por si fuera poco, una reforma judicial que pretende legalizar lo ilegal es la manera en que este mal gobierno pretende cubrirse de su responsabilidad histórica, dando facultades a las policías para allanar cualquier casa partiendo de una simple sospecha...En México hoy se cuentan más de 600 presos políticos, algunos con penas para las que difícilmente alcanzaría la vida como son Ignacio del Valle, Jacobo Silva y Gloria Arenas; y se cuentan por centenas los desaparecidos políticos, desde Epifanio Avilés Rojas en 1969 (como lo registra el Comité Eureka), hasta el más reciente Lauro Juárez el 30 de diciembre de 2007, todos ellos son vigentes.

2 comentarios:

Blogger C. ANDOLINI ha dicho...

SUCUESTRO A LA DEMOCRACIA.

Columna de análisis:

"Son los golpistas, los desleales, los que arrasan con los Congresos. Es casi una acción imprescindible

Reaccionarios, intolerantes, locos, enemigos de lo popular, del avance democrático. Es Lula, no Chávez. Están viendo "moros con tranchetes". Es un buen hombre que sólo busca el bienestar de los mexicanos. Sí, sí, su discurso es un poco radical, pero es un hombre de instituciones. Los defensores del personaje toleraron todo: de las expresiones delatoras -el objetivo "un nuevo Estado" en pleno Zócalo, "al diablo con las instituciones" y muchas más- a los actos violentos. Es violencia menor, decían. Pero, según ellos, los detractores de su líder eran (éramos) los equivocados, los miopes, los sesgados. Aquí estamos, casi dos años después de la elección con un personaje que se dice "presidente legítimo", que estrangula al PRD y lo conduce al abismo -allí están las cifras-, que convoca a la violencia y que ha dado un paso que lo marcará en la historia como lo que siempre ha sido: un golpista.

" "...sostuve que la resistencia civil pacífica no sólo es protesta, es también una vía hacia la transformación del país...", hasta aquí el único problema es definir la resistencia civil pacífica. Pero el gran "líder moral" continúa, es "...un proceso para la construcción de una nueva República...", así, con mayúscula, para que no quede duda. Pero resulta que, como en toda democracia que se respete, los actores políticos deben someterse y aceptar los principios esenciales del régimen que los gobierna. La República para el caso. Desde fuera se puede estar a favor o en contra de la República o de la monarquía, por ejemplo, pero una vez adentro no hay margen. Rodríguez Zapatero, de izquierda, no puede levantarse en contra del rey Juan Carlos, no por la persona, por las instituciones con las que se comprometió. Se es leal o desleal. El "líder moral" es desleal. Sus seguidores también.

Son los golpistas, los desleales, los que arrasan con los Congresos. Es casi una acción imprescindible. Un golpista no puede actuar con una asamblea deliberante. Las decisiones de las mayorías pueden ser contrarias a la voluntad divina que inspira a los buenos dictadores, a los fascistas. Camisas negras o blancas, da lo mismo. Varones o mujeres, da lo mismo. Legisladores o de a pie, da lo mismo. Lo que los define es su forma de actuar, no la vestimenta, no la posición. Mussolini, Pinochet o Tejero, con toda su investidura eran golpistas. El "líder moral" de la izquierda mexicana es un golpista y sus seguidores -legisladores borregos, extorsionadores profesionales o muy conocidas firmas-, en su participación activa o aceptación silenciosa de los hechos, son golpistas. Fuera máscaras.

Quienes aceptan la violencia como vía de transformación de la sociedad, de un lado. Quienes la nieguen, del otro. No es demasiado complejo. Cuando las puertas de la democracia estaban cerradas había un margen de interpretación: si la democracia no funciona, ¿por dónde? Pero una vez abiertas esas puertas se acabó la tolerancia. El "líder moral" de la izquierda no aceptó su derrota en el proceso presidencial. Gritó fraude, conspiración. Yo no puedo estar equivocado. Y sus corifeos lo siguieron atropellando los derechos de terceros, que es la típica expresión de los autoritarios. Te cierro las calles, te sometes a mi capricho, tu vida se sojuzga, pero no importa porque yo tengo la razón, lo sé porque mantengo un diálogo divino. Igualito que Bush.

Como buen cacique que es impuso a un candidato a la presidencia de su partido. Igualito que el PRI en sus peores épocas. Ahora tampoco puede reconocer que no ganó. Sigue como búfalo destrozando al PRD porque su voluntad no se cumplió. Y los corifeos, callados: por Él todo se vale. Como al comandante, al jefe de las brigadas, no le gusta debatir -digamos sobre las necesidades energéticas del país-, característica de los verdaderos demócratas, pues entonces da instrucciones a sus huestes, a los seguidores sin conciencia, de "clausurar" nada menos que el Congreso. Ex regidores, ex Gobernadores y legisladores que han vivido y viven de las reglas de la democracia mexicana y también del presupuesto, ahora deciden que no van a debatir, muy su derecho, pero que tampoco permitirán el debate de los otros. ¡Genial! Clara muestra de su vocación democrática.

¿Resistencia civil pacífica? Dejémonos de juegos. Bloquear una carretera o un aeropuerto es un delito. Como en cualquier país. Quienes lo hagan serán delincuentes. Así de sencillo. Los persigan o no, hablan por sus actos. De nuevo los terceros perjudicados no les importan. Ellos pueden pisotear a quien sea. Tomar violentamente las tribunas e impedir la vida democrática es un acto golpista. Así quedará registrado en la historia. Los corifeos incluidos, con pluma o no, da lo mismo. Son maestros de la violencia: enseñan que la violencia es una vía válida. Claro, en Oaxaca la "Coordinación Revolucionaria" llama a las organizaciones guerrilleras del país a una sublevación. Un país donde una de las tres mayores fuerzas políticas da el deleznable espectáculo violento en las dos más altas tribunas nacionales de diálogo, de debate, de alguna manera autoriza lo que sea. Ésas son las consecuencias de la patología del "líder moral" de la izquierda.

Es momento de definiciones. No es un asunto de derecha o izquierda. Lo ocurrido no puede ser visto como una anécdota más de la vida política mexicana. No nos equivoquemos. El jueves 10 de abril del 2008 dio inicio el más severo de los múltiples atentados recientes contra la democracia mexicana. Tenemos un problema muy serio: el "líder moral" de la izquierda es un golpista y sus seguidores, cómplices."

Saludos.

15 de abril de 2008, 23:06

 
Blogger C. ANDOLINI ha dicho...

Adendum a Columna de análisis

FUERA MÁSCARAS.

El viernes pasado López-Dóriga entrevistó a AMLO. Primera pregunta. ¿Seguirán tomadas las tribunas? Respuesta, hasta "que se acepte lo que estamos proponiendo, que es algo racional". ¿Quién define racional? Él. ¿Los 120 días? "El tiempo que sea necesario". ¿Quién lo define necesario? Él. Y qué es el debate amplio. "...nacional en el que todos participen. Si el petróleo es de todos los mexicanos, por qué no van a opinar todos los mexicanos...". ¿Quién define cuando todos es todos? Él. Pero si al final del debate una mayoría decide vamos a hacerle reformas a Pemex... ¿Tú lo aceptas? "Claro. En una democracia es el pueblo quien decide -suena bien-, lo que no queremos es que decida una minoría". ¿Quién decide lo que es una minoría?, no crea el lector que la Constitución o el código electoral. La respuesta es sencilla: Él. Pero si al final del debate... hay un acuerdo de no privatizar Pemex pero sí de emprender reformas, ¿lo aceptarías?, pregunta el periodista. "Te contesto de esta manera, así de clara y puntual: si no se viola la Constitución, si no hay privatización y si no se alienta la corrupción... no tenemos nada que objetar". ¿Quién define las violaciones a la Constitución, la privatización o el aliento a la corrupción?, acertó el lector: Él.

"Éstas son las tres condiciones (sus condiciones) y para aclarar si hay violación a la Constitución, si hay privatización, si hay corrupción, vamos a informar al pueblo". O sea, según la información que Él le dé "al pueblo" dependerá si acatan o no. ¡Viva la democracia! "Que el pueblo sea al final el que decida" dice Él en tono de hablar en exclusiva con la verdadera nación. Pero de nuevo hay un problema: qué hacer con los órganos de representación popular, con los legisladores o acaso ya también son espurios. Ellos son los únicos representantes de la voluntad popular que, por cierto, no depende de Él. El pueblo o el Congreso, pregunta López-Dóriga, quién decide: "Hay la oportunidad de que podamos, como en otros países democráticos (ojo, por lo visto -"otros"- México sí lo es), resolver estos diferendos, estas diferencias, estos puntos de vista con un referendo". O sea, si el Congreso aprueba por mayoría y Él desaprueba, es mayoriteo. Si Él no aprueba nos vamos a referendo que, por cierto, como afirma Paco Calderón, no sabemos quién contaría, porque el IFE es también ilegítimo a pesar de que Él condicionó la designación de consejeros. ¡Genial! Honestidad pura, congruencia inquebrantable.

Pero López-Dóriga insiste: Vamos a suponer que haya un referendo, si el resultado es sí a la inversión privada en Pemex, ¿lo aceptarías? ...Pero no les vas a decir "me robaron" o hubo un fraude en el referendo. Respuesta que lo desnuda, "depende de cómo se den las cosas". Quién juzga cómo se dieron las cosas: Él. ¿Abrir el Congreso? "...cuando termine el periodo extraordinario y ya no haya albazo entra la Permanente y no tiene facultades para hacer reformas". Pero nadie habla de reforma constitucional, no importa, Él siempre sabe más.

Lo repito: fuera máscaras, fuera cálculos. ¿Cuál es el miedo? No nos engañemos ni engañemos, no quiere salidas, quiere problemas. Ciento cinco millones de mexicanos no pueden depender de Él.

22 de abril de 2008, 22:05

 

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